El Viaje del Héroe II - La partida del hogar.
El
Viaje del Héroe, así pues, no inicia casi nunca de buen grado, si bien
puede empezar con muchas esperanzas, es en sí un momento cargado de
ansiedad y sentimientos encontrados. Los héroes genuinos se enfrentarán con una disyuntiva: la necesidad de proteger a sus seres amados con su
presencia o la de protegerlos por su ausencia, pues deberán abandonarlo para cumplir la
Misión y evitar su pérdida y no tener a nadie que proteger. Fruto de la gravedad de la intución de que se aproxima, en medio del temor y de la duda, Ahí están los héroes que anhelan iniciar
el viaje, fruto de del honor y del deber, –pero sobre todo del amor– propio
de los que entienden que hay que sacrificar el propio bienestar por el
de los demás. También habrá quienes secretamente vean cumplido su deseo
de salir del terruño y conocer el Mundo: ver paisajes y tierras nuevos e
insospechados, aprender de la gente de otros lugares, poniendo a prueba
a cada instante su capacidad de asombro y será esa su principal virtud y
característica fundacional. Los pretenciosos y soberbios que creen ya
saber todo o que nada los sorprende son continuamente los primeros en
regresar al hogar asustados y acobardados, su falta de temor y de asombro los vuelve temerarios y poco
precavidos ante los peligros del Viaje: No volverán nunca.
La Partida del Hogar es un momento de construcción de la identidad aun más profundo que el Advenimiento, porque es la confirmación de lo que el Héroe intuía de si mismo quizá desde siempre: que es diferente
a los demás. No que sea mejor o peor, simplemente que es diferente. Así
pues, como ya se dijo, toma consciencia de sus Más Profundos Deseos y
no queda de otra que salir al camino que lleva a ellos. Desde el momento
en que pone un solo pie en el camino va irremisiblemente al encuentro
con la realización de sus deseos. No hay vuelta atrás, excepto la
derrota autoinflingida. Por ello es que a esta etapa también se le llama
la Alteridad, en el sentido de que el héroe reconoce su diferente ser, que lo lleva a aceptar su diferente pensar que lo lleva a tomar su diferente
camino para cumplir su insólito Destino. Esta contundente Alteridad
acarrea un inevitable sentimiento de soledad, pues al dejar el Hogar,
toda familiaridad se torna motivo de nostalgia y todas las diferencias
se vuelven mucho más claras y evidentes, imposibles de ignorar. Su peso
puede ser abrumador, pero si se trata de un Héroe genuino, no titubeará
más de unos instantes, pues comprenderá que es precisamente por esas
diferencias, simples, pero fundamentales, que fue elegido para realizar
la Misión, que por esas cualidades únicas no habría nadie más en el
Mundo que pudiera cumplir la Misión. Si no lo hace él, nadie más lo
hará.
De
este modo la primer gran prueba de los Héroes es dejar el Hogar, lo que
significa abandonar las certezas y las comodidades para enfrentarse con
un mundo desconocido, amenazante, pero lleno de todas las respuestas
que anhela y que son necesarias para cumplir la Misión. Siempre
estuvieron ahí, sólo hacía falta que tuviera el valor de hacer las
preguntas correctas.
Así,
armado con su propia alteridad y la certeza de la incertidumbre del
porvenir, el héroe es guiado por el Amor, sostenido por el Valor y
alentado por la Esperanza para afrontar este Viaje Iniciático. Muchos
han fracasado al volver la cabeza hacia el Hogar tras sólo unos cuantos
pasos de haber iniciado, de estos no tenemos noticia, sus historias
nunca fueron contadas...
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