En Víspera de mi Año Nuevo
Una gran experiencia de amor y renacimiento. Pues aun tras lo aprendido en estos años de lucha y reconstrucción no podía estar preparado para lo vivido en los últimos meses. Lecciones de importantes implicaciones en todas las áreas de mi vida. Abrir nuevos horizontes, saborear lejanas tierras, oler nuevas esencias, ensanchar la experiencia de la vida, enfrentar lo desconocido, y sobreponerme a ello, compartir nuevos mundos, sueños y fantasías, caray! ¡Vivir la vida!
Hubo de todo y no (paradoja intencional pues no hubo la honestidad recíproca, o al menos no la hubo a tiempo), y parte de eso fue muy doloroso, fue un subir al cielo y amanecer el en infierno del desencanto provocado, más no daré carpetazo, no haré como si nada hubiera pasado. Tal como mi corazón lo pide y necesita, estoy elaborando, poco a poco, aunque doliera tanto. No haré como dijo Doña Aiuola: querer ser otro, pero no cambiar. Seguiré siendo yo mismo, no tengo porque "reinventarme" yo se quién soy. Incorporando tantas y tan nobles (y duras) lecciones me he ido renovando; porque después del dolor y la decepción que pase hace unos años, pensé que no me podría enamorar ni dejarme amar como aquella vez, y para mi sorpresa no sólo no quede limitado, sino que descubrí que me capacidad de amar se había multiplicado, fortalecido y vuelto más incondicional. Que me había vuelto más seguro, más libre y más humano, porque me cuide y amé para salir del abismo. Porque sabía que al abrir de nuevo mi corazón mi vida no volvería a ser la misma, que era apostar de nuevo, ante una alma que, espontanea y quiza sin darse cuenta se abría conmigo, revelando un ser exepcional, que sin embargo no pudo o no se quiso quedar. Así que al final seguiría yo estando conmigo, aunque mucho desee que también estuviera conmigo.
Seguro de la honestidad de mis sentimientos, intensiones y deseos, sólo me queda tratar de crear un recuerdo limpio y verdadero, cualquier otra cosa no me servirá de nada y traería más dolor. Quedará lo que fue, nada más, pero nada menos. El regocijo de los sueños realizados y saber capaz de luchar por ellos, con denuedo y valor, como siempre ha sido en mi vida, ha de ser por donde empiece, o por donde termine, aun no lo he decidido. Convocaré a mis Siete Sabios Maestros, por su guía y consejo, porque reconozco que aquí, como otras tantas materias, mi conocimiento es excedido por la inmensidad de la vivencia. Y sigo aprendiendo, como siempre ha sido, creciendo, reconociendo mis errores y valorando mis aciertos, eso no me avergüenza, pues es lo que me ha valido el respeto y el cariño de valiosísimas personas. Porque de no ser por el apoyo, cariño y consejo de quienes con todo orgullo puedo llamar amigos seguro la llama del Faro se hubiera apagado, y eso, eso, es lo mejor de todo.
Así pues, en esta Víspera de mi Año Nuevo, sigo mi Viaje al Occidente, agradecido con la Vida; al encuentro de mi Destino, que sigue siendo más o menos el mismo: ser faro en la calma y en la tormenta; soñar y realizar sueños, ayudar ahí donde surgen los más profundos deseos y sueños, porque eso es de son lo más valioso que tenemos, ya que la firmeza de estos puede verse reflejada en el brillo de la mirada y la intensidad de una sonrisa, porque son nuestro reflejo, porque son nuestro yo…como los vimos en nuestras miradas...
Comentarios