Presenciando el surgimiento de los deseos


En la noche de rememoración de significativos eventos de la vida, he aquí les doy una nueva lectura y un nuevo sentido.
Y descubro, muy maravillado y sorprendido que la fantasía siempre a estado conmigo. El Lord General de Geones bien me lo dijo, la geografía y la historia no viven en tí como conocimientos estériles y vagas referencias como en el resto de las personas: -Tú ubicas la magia en la geografía fantástica y descifras en la historia los arcanos deseos-, me dijo. Es parte de mí, como mi piel o mi sangre.

Así pues, encuentro que lo que me gusta es ver cuando surge un deseo. Por ello seguiré escribiendo en este espacio, porque aquí nacen muchos deseos. Porque es fruto de la reunión de mis deseos.

Me gusta participar de ese surgimiento, provocar ese deseo. A veces es compartido conmigo, a veces no. El deseo aun así ha nacido.

El deseo es una de más claras y rotunda expresiones de lo que somos. Nacen en lo más profundo de nosotros, un región extraña, donde se conjunta lo biológico, lo espiritual y seguramente lo cósmico, y nos dota de una energía tremenda. Valga, el psicoanálisis dice que cuando dejamos de desear empezamos a morir.

Por ello, a mi me gusta ayudar a surgir a los deseos. Me emociona enormemente ver cuando alguien deja salir un deseo. Pero no cualquier deseo, sino los deseos profundos que tienen que ver con la esencia de la persona:
Su deseo de ser quién es.

No me juzgo ni considero maestro, guía ni dispensador de lecciones de vida, que fuera desmedida vanidad (tal como Sor Juana lo dijo) tampoco guía de turistas, vendedor de mapas ni estrella del firmamento para ser seguida cual punto de referencia (volveríamos a lo de las vanidades). Simplemente me gusta escuchar y poner atención cuando un deseo va surgiendo del corazón y la mente de las personas, dejar ser. Todo inicia escuchando: las personas se animan a llegar más lejos de lo "normal" y se encuentran más ingeniosas, resueltas, perspicaces, inspiradas o pacientes de lo que se consideraban (me acabo de acordar de Sócrates). A veces encuentran solución a sus conflictos, a veces conflictuan algo, lo cual también es productivo.

Esta búsqueda me ha llevado a conocer mis deseos también, a saber que son especiales, raros, escasos, que encuentran poco o ningún reflejo. Pero ahí que, muy de vez en cuando, uno se encuentra con viajeros muy especiales con deseos muy especiales. A ellos va dirigido este texto. Más allá de todo tiempo, distancia o condición, los que viajamos por Fantasía, nos reconocemos. Gracias a ellos he crecido y aprendido mucho. El arcano 48 se cumple. Y a uno en especial espero, y mi corazón sabrá cuando lo vea, pues serán nuestros mas profundos deseos los que nos lleven a encontrarnos y seguir viajando, juntos, guiados por ellos.


He tenido una revelación. Me gusta presenciar cómo surge un deseo, tanto como me gusta realizarlos.

Alejandro de Andúnië

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Deseo es una palabra curiosa, actualmente la manifestamos como algo que queremos con fervor, pero tiene su origen en dos raíces, desidium (ociosidad, libido) y desiderare (de: privación y sidus: astro), y se refería a estar sentado, viendo al horizonte como desaparecen los astros, dejar de contemplarlos, "desear" que ahí estuvieran.

Así deseo se formó como la necesidad de ver/tener/hacer aquello que quieres contemplar.

Y saber que es lo que en verdad se desea no es tarea fácil, logra engañarse de otras virtudes o desvirtudes, desear ser como tal persona es envidia, desear tener algo para ti mismo es egoísmo, desear lo bueno para todos es caridad, pero ¿qué es un deseo propio? Algo que nos gustaría ver/tener/hacer querer contemplar en nosotros mismos, esa es la parte difícil.

Como una vez charlamos, escucharse a sí mismo, el interior, es lo que nos hace saber que es lo que en verdad deseamos para nosotros mismos y para compartir con alguien.

Aprendemos a desechar y a quedarnos con lo esencial, esa es la parte fundamental para poder cumplir un deseo.

Pedir un deseo es banalidad, cumplir un deseo es la verdadera proeza. ¿vives pidiendo deseos o vives cumpliendo deseos? Eso hace la diferencia.

He aprendido a cumplirlos, del resultado no se es responsable, pero si del compromiso por lograr ver tus deseos hechos realidad, no solo algo que se desvanece a lo lejos y simplemente quieres volver a contemplar.

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