Los derechos humanos y la homosexualidad.
Felicito ampliamente a todos aquellos activistas y personas que sin pertenecer a ningún movimiento por sus contribuciones a la creación de una sociedad basada en el respeto a los derechos humanos. Antes que cualquier orientación sexual o religión está lo humano, como cada quien tiene la libertad de profesar o no alguna religión, no podemos aplicar los mandatos ni reglas morales de una a otra. Eso es una agresión. Por eso los derechos humanos nos dan reglas comunes de respeto y dignidad más allá de creencias individuales, son la última garantía de convivencia.
Alguien que dice profesar el amor al prójimo, pero no respeta sus derechos humanos, como la libertad, la educación, la información, el ser protegido por la ley, está en una profunda contradicción con los preceptos de su religión. Alguien que profesa el precepto ama a tu prójimo como a ti mismo es en estos lugares donde pone esa convicción a prueba. ¿Sólo se puede amar a los que profesan su misma religión y sólo a los que la profesan como ustedes la entienden? Eso no sólo es egoísmo es ignorancia.
Eduquémonos sobre qué son los derechos humanos y su importancia decisiva para la construcción de una sociedad más justa, abierta, respetuosa donde cada quien pueda desarrollar sus capacidades, talentos y contribuir al desarrollo y felicidad de los demás, en lugar de estar juzgando la vida de los demás, que eso además de soberbio y arrogante no solo sirve para propagar la ignorancia y está en contradicción con el principio fundamental de todas las religiones: trata a los demás como quieres que te traten a ti.
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