Homenaje al dolor
Los homenajes se realizan para celebrar y ensalzar el honor de algo: los héroes que salvan personas, los logros y acontecimientos importantes, la valía y excepcionalidad de alguien. De ahí que suene raro proponer la idea de que se rinda un homenaje al dolor, esto es, al dolor emocional. No son pocas las ocasiones en la vida que somos confrontados con situaciones que nos causan dolor, son de muchos y variados tipos, tan diversas que lo que a unos puede causarles la más profunda pena a otros puede representar no más que un ínfimo contratiempo. Para el primer grupo es que se crearon, hace milenios, los ritos funerarios, por ejemplo. Los ritos funerarios exaltan la memoria del fallecido, pero también arropan y acompañan a los deudos, a los dolientes, y si bien, algunos de estos ritos pueden ser acartonados y rayar en lo protocolario -impersonal y ajeno a todos-, hay ritos que unen, acompañan y sostienen emocionalmente a los dolientes. Ese es el punto de la cuestión: al dolor se le nomb